domingo, 6 de abril de 2008

Inicio del Interrail 2007

La noche anterior a la partida, cena en casa del amigo mallorquín para celebrar el cumpleaños de N. y L. Muchos nervios y muchas cosas por hacer. Después de idas y venidas, preparándonos y hablando, nos vamos a dormir deseando estar ya en Praga, Estambul, Atenas y tantos otros lugares... Despertamos, 5:30 de la mañana, y camino a Paseo de Gracia a buscar nuestro primer tren interrailero. Paramos en Cerber para hacer transbordo a Perpignan, y nos toca viajar con una pareja que poco más y folla en pleno vagón,bajo la atenta mirada de una niña de unos 7 años. En Cerber nos encontramos con la noticia de que no quedaban plazas en el TGV a París. Primer problema: primera solución: primera colada en el tren. Llegamos a París sanas y salvas, cambio de estación y segundo problema: no hay plazas para Frankfurt. Segunda solución, nos colamos (aunque aún estábamos un poco tímidas en eso de colarnos, con los días llegamos a perfeccionar la técnica, extendiéndola a tranvías y metros). La consecuencia fue pasar medio viaje sentadas en el suelo hasta que se libraron varios asientos. Frankfurt: media hora de espera y otro tren hacia Praga para el que, por fin, conseguimos camarote propio con 6 asientos (aunque la comodidad de éstos a la hora de dormir era más que discutible). A las 7 de la mañana nos despertó un revisor al grito de ¡¡¡PASSPORT!!! No solo nos dio un buen susto, sino también una broma que nos acompañaría a lo largo de todo el viaje. Tras la interminable travesía una yo muy cansada escribe en el diario de viaje: "Llegamos finalmente a Praga, nuestra primera parada. Hay alegría en el ambiente".