domingo, 23 de diciembre de 2007

Ejercicio de memoria

Para Nuria y Berta, que me han "invitado" amablemente a hacer este ejercicio (aún conservo moretones y tajos de cuando me encerraron en aquel trastero alejado de la mano de Dios, y me dieron una paliza tremenda hasta que acepte).

Hace diez años: 11 años... snif... era una persona inocente y pura. Acababa de terminar (calculo durante 5 minutos...) 6º de primaria. Empezaba el verano, y me disponía a trabajar como cada año en la sandwitchería de la familia por la mañana, y a ir a la playa por la tarde (balneario San Sebastián, carpa 7) con mi tía y mi abuela.

Hace 5 años: Acababa de cumplir un año en España. Cambio radical (pero sin operaciones estéticas). Había pasado por el Maura, y Terminaba el primer trimestre en el San José Obrero. Había conocido 3 Xavis, una Marta y una Aina, con los que pasaría a compartir grandes y pequeños momentos durante todo ese año. En fin... que todo iba encontrando su sitio...

Hace un año: Terminaba el primer trimestre de carrera. Me iba a casa (Mallorca Island) habiendo dejado pendiente Investigación de Mercados, que me perseguiría hasta el día de hoy. Aún salia con el amigo mallorquín, con el que acababa de tener (juas) una gata preciosa a la que se decidió llamar Samba, en asamblea general.

Ayer: llegué a Mallorca con 2 horas de sueño (más 2 del jueves). Se puede decir que solo era un cuarto de persona. Dormí una hora y me fui a la peluquería. Comida familiar. Siesta de 4 horas. Cena familiar. Película mala de sábado por la noche. A dormir otra vez. Como se nota que empezaron las vacaciones.

Hoy: Me despertó mi padre, desayuno en la cama, te con medialunas de MdQ (para los que no lo sepáis, las medialunas son algo así como la mejor manera de despertar el primer sábado de vacaciones). Estoy en la cama escuchando Paul McCartney y actualizando. Probablemente luego coma, y me tome la tarde con muuucha calma. Por la noche, cervecita con amigos es lo más adecuado.

Cinco canciones: uffff demasiado difícil. Diré las que se me vienen a la cabeza, pero me dejaré mil... Here, There and Everywhere de los Beatles; Y sin embargo de Sabina, favorita Dios sabrá por qué; Don't stop me now de Queen, para esos días en los que una necesita una dosis de energía; Los mareados, mi tango favorito, y haciendo honor a la madre patria; y por supuesto, Mariposa Tecknicolor, que no podría faltar (si, si no lo sabíais, es una canción de Fito Paez).

Cinco lugares para visitar: Asia, América, África, Europa y Oceanía ;)

Cinco cosas que me gusta comer/beber: medialunas por la mañana, empanadas maternas, de esas que te quitan el hambre en pleno Interrail (y por eso saben mucho mejor), polenta (como la que hacía mi abuela), tes de todos los colores y nacionalidades, y no podía faltar el pollo al champinión de la mama (se juntan firmas para canonizarlo, entrad en www.sanpolloalchampinion.com).

Cinco juegos favoritos: el elástico; el juego de la vida (grandes tardes); el truco (pero con mucho mate); la escondida, juego oficial de los primos Barceló (dícese también Gogorza) en aquellas tardes en las que los planetas se alineaban para que nos reencontráramos en la casa de Beba; y, por último, Lego for ever.

Cinco personas a las que convido a hacer este ejercicio: a mi señor padre, a Carla, a Miren, a Biel (cuando encuentre mi blog) y a Miguel, para no perder la costumbre.



lunes, 3 de diciembre de 2007

Integración integral

Un día como hoy, hace seis años, me desperté pensando en que llamaría a alguna de mis amigas para ir a la playa. No obstante, la idea duro más bien poco: lo que tardé en abrir los ojos y no reconocer la habitación. Entonces caí en la cuenta de la cruda realidad. Era invierno. Y no es que sea una de esas personas que no saben en que día (o estación) viven. Aunque... a veces si. Pero en esa ocasión, diría más bien que fue un efecto retardado del jet lag. Sin mas vueltas: estaba en España. Cinco días antes había pasado a engrosar, junto con mis 5 parientes más cercanos (que cuando los argentinos hacemos algo, lo hacemos a lo grande, ya saben...) la interminable lista de sudacas (cariñosamente hablando) de este maravilloso país. Después de pasar dos semanas comiendo pan recién sacado del horno del Mercadona con mermelada, y engordado los respectivos kilos que eso conlleva, me incorporaron a ese increíble colegio llamado Antoni Maura, en el corazón del Polígono de Levante de Palma, donde haría mi primer contacto con la sociedad española. Lo de "increíble" del colegio no es porque haya sido la mejor época de mi vida, precisamente. Solo que cuando uno viene de una escuela más o menos bien, y acostumbrado a un cierto nivel de exigencia, encontrarse sumergido en un mar de gitanos y latin kings es cuanto menos curioso. Así comenzó mi período de adaptación, y poco a poco fui encontrando mi lugar (-léase con acento del Wild West- fueron momentos difíciles para una jovencita recién llegada del corazón de Arizona, Jack). Después de un gran esfuerzo, me sentí realmente integrada cuando aprendí que Franco Franco tenía el culo blanco porque su mujer lo lavaba con Ariel; y también que en un país multicolor vivía una abeja bajo el sol; que Oliver y Benji tienen el Record Guines en "retención de balón estático en el aire sin que toque el suelo y volando hacia la portería" (para lo que tuve que aprender previamente que era eso de portería); y, por supuesto, que en ningún caso puedes llamarte persona si no tienes tu carné del Club Super 3 y no sabes cuantos habitantes tiene tu pueblo (o en caso de que seas de ciudad, el pueblo de tus padres/abuelos/demás antepasado).
Lo del Club Super 3 os lo debo, aunque creo que estoy justificada, pero: queridos amigos míos, os tengo una noticia que cambiara vuestra forma de verme. Es mi paso definitivo.
(Música solemne)
A partir de ahora tendréis que mirarme como a un igual, se acabaron los comentarios xenófobos en clases de Estructuras de la empresa publicitaria (o cualquier clase, en su defecto). Y digo basta al sistema que permitía a mis amigos obtener créditos de libre elección por el programa de integración al inmigrante. No a la gente que me dice "que bueno que viniste", cuando realmente les importa un carajo. Y, por último, no a las falsas acusaciones de robar ordenadores portátiles de la uni cuando solo ha sido un fallo informático.
Señoras y señores:
(Redoble de tambores)

Felanitx, el pueblo de mi bisabuelo Jaume, tiene 16.566 habitantes.