miércoles, 29 de diciembre de 2010

Dos años después

Buenas y santas.
Aquí estoy, dos años más tarde y con muchos caminos andados, retomando un blog que me pensaba ya estaría cerrado. Me ha resultado bastante cómico leer las publicaciones anteriores, o más bien antiguas.

El hecho es que actualmente no tengo muchas oportunidades de escribir lo que me venga en gana, entre el trabajo (venga notas de prensa, comunicados internos, publirreportajes y demás etcéteras), y el master con sus trabajos prácticos, tests de conocimiento y foros. Así que pretendo remontar este espacio interactivo, que no intelectual, para poder expresar mis ideas fuera del molde al que las someto en mi vida diaria.

Nada más, solo quería volver a darme la bienvenida a mí, que seré mi única lectora asidua, y estirar un poco los dedos para librarlos de la atrofia muscular tras tres años de parálisis.

sábado, 30 de agosto de 2008

¡Era tan joven!

Jung, Freud, Simone de Beauvoir, Gothe, Beckett,
Cosmos, Gershwin, Kurt Weill, Guggenheim...
Paul Klee, Ante Garmaz, Kandinsky, Diego, Fridha,
Tolstoi, Bolshoi, Terry Gilliam, Shakespeare William...
Jarmusch, Cousteau, Cocteau, Arto, Maguy Marin,
Twyla Tharp, Gilda, Visconti, Gismonti...

Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual
No la puedo olvidar... a esa cumbiera intelectual...

(Cumbiera intelectual- Kevin Johansen)


Hoy se nos va del mundo del blog una gran amiga y compañera de travesías. Aquí le rindo homenaje a esta cumbiera intelectual. Bienvenida al mundo de las cumbieras sentimentales.
No se por que pero tengo el presentimiento de que dentro de poco te tendremos denuevo por estos parajes. Ojalá.
Pues eso cumbierita, que me ha gustado mucho compartir estos espacios cibernéticos contigo, aunque la verdad, prefiero los físicos (cosas de sentimentales... ya te irás acostumbrando).
Adiós adiós y que te vaya bien.





Cousteau, Cocteau, Arto... ooh!



lunes, 16 de junio de 2008

Vagando por el Fotolog de Miren

¡Increíble! Fotolog se encuentra sorprendentemente congestionado en estos momentos y los servidores no pueden cargar este libro de visitas. Por favor inténtalo de nuevo en un momento.

Jajajaja, me ha hecho mucha gracia eso de ¡Increíble!

¡Increíble! ¡Sorprendentemente su PC parece no responder! Por favor, inténtelo más tarde.

Por cierto, ¿¿¿alguien alguna vez ha enviado los errores de los programas a Microsoft??? Otra causa perdida, ¿no? Yo no los envío porque me dan un poco de penita. Seguro que hay cuatro pringados en Microsoft que se dedican a leer estos mensajes. Imaginaros por un momento, oh numerosos lectores, esa imagen tan deprimente. Cuatro tíos con gafas agazapados en un cuarto oscuro en el sótano de Microsoft S.L. (o S.A., o lo que sea).

En fin... como me estoy yendo por las ramas me voy a estudiar Comunicación Política, que ya me estoy quedando sin excusas por las que perder el tiempo.

viernes, 30 de mayo de 2008

9 de Agosto: Viena

(...) A Núria le dio una alergia y comenzaron a salirle ronchas enormes por todo el cuerpo y la cara, y comenzó a tener muchos mocos, así que decidimos volver al hostal. Antes teníamos que pasar por al farmacia a comprar algo que parara la alergia de Núria, y al supermercado a comprar algo para cenar. Nos bifurcamos: Núria y Miren a la farmacia y Berta y yo al super. Tardamos muchísimo tiempo porque no nos decidíamos por nada. Cogimos como 20 cosas y volvimos arrepentidas a dejarlas en sus respectivos estantes. Al final casi nos echan porque tenían que cerrar. Pasamos por caja y nuestro espíritu interrailero ahorrativo hizo que guardáramos todo en las mochilas (congelados incluidos) por no tener que pagar los 15 céntimos que valían las bolsas. Una vez en la calle, el cielo de Viena se desplomaba sobre nuestras cabezas. Al cabo de otra media hora llegaron Miren y Núria, empapadas. Nos contaron la increíble historia de su pérdida por las calles de la ciudad imperial. Que raro. Volvimos sanas y salvas al hostal, y lo demás ya es historia.

(Núria, sabes que te quiero, aunque ahora me odies por como he comenzado esta entrada).

jueves, 22 de mayo de 2008

Rebajas de Enero

Un texto reencontrado con mi mano (o más bien con mi teclado)

Sábado, 17:00, parada Plaça Catalunya de la línea verde. Me dispongo a salir a la calle. Asomo la cabeza por la escalera mecánica y veo un mar de gente y, allí al fondo, alejado de la mano de Dios, el Zurich. Solo basta eso para que te entre una especie de relajación intestinal, a pesar de no haber comido nada en todo el día; no puedes reprimir un sincero "me cago en todo". Esa frase pasará a repetirse una y otra vez a medida que vas encontrando las cosas típicas de la época a la que se suele llamar "rebajas de enero"... Y es que la gente se rebaja hasta extremos innecesarios con tal de conseguir la mejor ganga.
Si bien mi espíritu constructivo me llevaría a redactar una serie de recomendaciones para no ser aplastado por las masas en unas fechas como éstas, me veo totalmente incapaz de poder hacerlo. Esto se debe simplemente a que, por más que diga que la mejor solución, la más eficaz y simple, es directamente NO COMPRAR EN REBAJAS, la gran mayoría de los lectores (por no decir todos) se la pasarán por el mismísimo forro. Hasta yo me la paso.
Tranquilos. Aunque no pueda evitarlo, lo que si puedo hacer es advertiros con que tipo de cosas os vais a encontrar. Éstas son, entre otras:
1. Guiris desconcertados que despliegan mapas de 2x2 metros en medio de la muchedumbre (y de paso te pegan una ostia).
2. Mujeres, jóvenes y niñas estirando de la misma camiseta (la última de la colección).
3. Colas interminables de parejas de animales esperando su turno para entrar en el arca de Noé (dícese pasar por caja).
4. Personas intentando meterse en ropas dos tallas más pequeñas (que comprarán de todas formas, por eso de que el precio está tirado).
6. Maridos/novios/padres buscando desesperadamente un sitio donde aparcar las bolsas junto con sus desesperados traseros.
7. Abuelas buscando jerseis rosas con puntillas para sus nietecitas de 17 años.
8. Killas en Mango y megapijas en Bershka.
9. Un sinfín de etcéteras.

Eso es todo lo que puedo decir. Aunque las rebajas de enero nos quedan ya lejos, ya se nos tiran encima las de verano. Valor, hermanos, que ha estas habría que agregarles un punto muy relevante:
10. Cuarenta grados centígrados a la sombra.

domingo, 6 de abril de 2008

Inicio del Interrail 2007

La noche anterior a la partida, cena en casa del amigo mallorquín para celebrar el cumpleaños de N. y L. Muchos nervios y muchas cosas por hacer. Después de idas y venidas, preparándonos y hablando, nos vamos a dormir deseando estar ya en Praga, Estambul, Atenas y tantos otros lugares... Despertamos, 5:30 de la mañana, y camino a Paseo de Gracia a buscar nuestro primer tren interrailero. Paramos en Cerber para hacer transbordo a Perpignan, y nos toca viajar con una pareja que poco más y folla en pleno vagón,bajo la atenta mirada de una niña de unos 7 años. En Cerber nos encontramos con la noticia de que no quedaban plazas en el TGV a París. Primer problema: primera solución: primera colada en el tren. Llegamos a París sanas y salvas, cambio de estación y segundo problema: no hay plazas para Frankfurt. Segunda solución, nos colamos (aunque aún estábamos un poco tímidas en eso de colarnos, con los días llegamos a perfeccionar la técnica, extendiéndola a tranvías y metros). La consecuencia fue pasar medio viaje sentadas en el suelo hasta que se libraron varios asientos. Frankfurt: media hora de espera y otro tren hacia Praga para el que, por fin, conseguimos camarote propio con 6 asientos (aunque la comodidad de éstos a la hora de dormir era más que discutible). A las 7 de la mañana nos despertó un revisor al grito de ¡¡¡PASSPORT!!! No solo nos dio un buen susto, sino también una broma que nos acompañaría a lo largo de todo el viaje. Tras la interminable travesía una yo muy cansada escribe en el diario de viaje: "Llegamos finalmente a Praga, nuestra primera parada. Hay alegría en el ambiente".

domingo, 23 de marzo de 2008

Desviaciones varias

Hace tiempo escribí un guión, un guión sobre dobles. No, sobre dobles no, sobre gente idéntica. Iba de un tío al que daban por muerto porque lo confundían con una persona exactamente igual a él y que, obviamente, sí estaba muerta (no estaba tomando cañas lere lere). Es curioso, pero a veces tengo la sensación de que más de una yo andan sueltas por este mundo. Lo se, es espeluznante, ¡dos yo!
Dos ¡o más!
¡el mundo se derrumba!
¡arde Troya!
¡huyamos!
Tranquilidad… que la otra yo (o las otras) son bien diferentes a mi. No son más que desviaciones de mi vida, en el buen sentido de la palabra; aunque pensándolo bien no me atrevería a asegurar que alguna no sea lesbiana (tranquilos padres, es solo una hipótesis).

Todo esto es para avisaros que si un día me encontráis y no os saludo, o si hablo otro idioma o cualquier otro caso extraño, no os preocupéis: no soy yo.

O al menos es una buena excusa para pasar de todo, ¿no?